La empresa del marido de Nanami está en declive debido a la reciente recesión económica. Un día, Nakata, presidenta de un socio comercial, culpó a su marido por haber cometido un error. A cambio de no informar de este asunto a la empresa, Nanami trabajará como secretaria en la empresa de Nakata. Su esposo se sintió impaciente e incómodo con los ojos de Nakata mirando a Nanami como si se estuviera lamiendo los labios.